Isaiah Esipisu. Allafrica. Nakuru, Kenia.- A doce kilómetros al norte de Rift Valley cerca de Nakuru en Kenia se encuentra un volcán enorme, con un cráter de los más grandes del mundo (96 kilómetros cuadrados). A 2.466 metros sobre el nivel del mar y con acantilados, los locales lo describen como una zona de suicidio fácil. Tal vez por eso se denomina Menengai (cadáver)  en dialecto masai.

Ahora, con la financiación del Banco Africano de Desarrollo (BAfD) y el Fondo de Inversión del Clima del Banco Mundial (CIF), el gobierno de Kenia aprovechará aún más este fenómeno volcánico para generar electricidad a partir del vapor caliente que emerge de la corteza de la tierra [La aportación del Banco Mundial, agencias de desarrollo de Francia, Japón, Alemania y la aseguradora Munich Re suman  más de 500 millones de dólares].

En los últimos años, Kenia – que obtiene gran parte de su energía de saltos hidroeléctricos- se enfrenta a recortes de suministro debido en a la reducción de los caudales en las centrales hidroeléctricas.

La peor experiencia sucedió en 2006, cuando la red nacional se quedó sin 90 megavatios por el retraso de las lluvias. Los cortes de electricidad afectaron  a grandes empresas, así como a escuelas, hospitales, campamentos militares y hogares.

Según las estimaciones de la Compañía de Desarrollo Geotérmico -empresa pública para la generación de energía geotérmica por la vía rápida en Kenia-,  la central Menengai podría ayudar a cubrir picos de demanda. La compañía confía en incorporar a la red 400 MW de potencia para el año 2017, lo que aumentaría la producción actual en cerca de un tercio.

Hasta el momento, el pico de consumo  registrado en Kenia alcanza los  1. 347 megavatios, según Migwi Theuri, portavoz de Energía de Kenia, que suministra electricidad en el país. Eso  equivale a la capacidad de generación máxima de la compañía; 1.570 megavatios al día, y deja muy poco resguardo  para apoyar el crecimiento industrial.

«Tener un excedente pequeño no quiere decir que estamos a salvo. La verdad es que estamos operando con una demanda reprimida porque no tenemos suficiente energía para animar a  invertir en el país», dijo Theuri.

Con 400 megavatios adicionales inyectados a la red el sistema eléctrico keniata facilitaría inmediatamente la instalación de empresas que necesitan de este suministro para poder funcionar. Un industrial que necesita 50 megavatios al día no puede invertir sin asegurarse un suministro energético suficiente. También sería útil para atender un programa de electrificación rural impulsado por el gobierno actual.

Hasta ahora, el Banco Africano de Desarrollo ha concedido a Kenia un préstamo de 124 millones de dólares para poner en marcha la planta de energía geotérmica de Menengai. Esto se ha complementado con 25 millones más del Programa del Fondo de Inversión del Clima del Banco Mundial para instalaciones de energías renovables en países pobres.

Según Mafalda Duarte, coordinador de los Fondos de Inversión del Clima, el proyecto será monitoreado cuidadosamente por el banco y  la división anti-corrupción para asegurar que los fondos se utilicen para los fines previstos. Kenia se ha enfrentado a una serie de escándalos de corrupción en las últimas décadas, y se sitúa entre los 40 países más corruptos según el índice de percepción de corrupción de Transparencia Internacional de 2012.

Según el Banco Africano de Desarrollo, Kenia acapara la mayor parte de los los 217 MW de energía geotérmica de África oriental, que tiene un potencial geotérmico de más 10.000 MW sólo en Kenia.
Isaías Esipisu (esipisus@yahoo.com)

 El cráter de Menengai es un cráter impresionante situado en el valle del Gran Rift. © Kenya Tourist Board

MenengaiKenia-Mapa

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