Un informe sobre el estado del sector acaba en el Parlamento Europeo

Inmaculada G. Mardones. – La geotermia se muere de éxito en Italia, o cómo el país pionero en el mundo en montar la primera planta geotérmica para que generó electricidad, se atasca al intentar sostener su crecimiento ante la avalancha de permisos de explotación y la posición crítica de algunos sectores por su impacto ambiental.

El debate ha llegado al Parlamento Europeo de la mano de diputados italianos, a raíz de informe Aspectos medioambientales y sociales de la energía geotérmica en Italia donde se analiza en profundidad el marco normativo de las plantas geotérmicas y el impacto ambiental que generan en una zona mimada por el turismo como es la Toscana, donde se concentra uno de los paisajes y ciudades más bellos del mundo. Y también emanaciones o movimientos sísmicos muy frecuentes.

La directora del equipo que la elaborado el informe, Adele Manzella, del Instituto de Ciencias Geológicas y Recursos de la Tierra, describe el aprovechamiento energético de la geotermia en Italia y analiza los efectos de su desarrollo sobre el aire, el agua y el suelo, así como las perturbaciones potenciales en los entornos debido al ruido generado, la sismicidad inducida y su impacto visual en el paisaje.

De momento, el país dispone de más de 1.300 MWth de los que casi la mitad corresponden a capacidad instalada de generación eléctrica mediante 34 plantas. Desde 2016, tanto las que se encuentran operativas como las proyectadas o en curso de construcción, se regulan mediante una normativa específica integral desde su diseño, pautas de explotación y operación, así como la gestión segura de los recursos geotérmicos.

Además, en la Toscana, donde se concentra la mayoría de esas plantas, el gobierno regional ha implementado esos controles en su faceta ambiental mediante la exigencia de aplicar las técnicas de mitigación de impacto más avanzadas, un monitoreo regular y controles de calidad.

«Una información parcial o incorrecta supone una menaza seria para el desarrollo geotérmico» , sostiene Manzella, líder del equipo autor del informe en el que participan seis investigadores del CSIC italiano, tres de Enel Green Power (matriz de la española Endesa y administradora de todas las centrales geotérmicas) y un científico de la Fundación de Ciencias de la Vida de Toscana.

120 permisos en cola

Manzala ha puesto al día todos los datos disponibles del aprovechamiento de la geotermia en Italia. Con ello pretende derribar obstáculos al diálogo con el territorio y sus residentes ya que «la oposición al desarrollo geotérmico a nivel local a menudo es generada por información ambiental, sesgada, incompleta o inexacta».

Aunque en 2010 un decreto liberalizó la investigación y la explotación de recursos geotérmicos, apoyado con incentivos fiscales y primas a la producción (certificados verdes), la realidad es que el desarrollo de instalaciones geotérmicas se ha congelado debido a la lentitud o parálisis de los procedimientos de la declaración de impacto ambiental (DIA).

Prueba de esta desaceleración es que, de los 120 nuevos permisos solicitados al amparo de esos incentivos para explorar recursos geotérmicos con destino a la generación eléctrica, muy pocos han superado la fase de la DIA.

Al documento de Manzella y su equipo le dan relevancia en el sector de la generación en la medida que aclara con precisión la prevención de riesgos ambientales en todas las fases; desde el proceso de exploración a la instalación de sus plantas, mantenimiento y gestión. Esas fases se resumen en la construcción de vías de acceso a las plataformas de exploración, la perforación de pozos en sí misma, su reparación y verificación; la colocación de tuberías, transformadores y líneas de transmisión a la red; la instalación de equipos u operación de las plantas y su desmantelamiento, una vez extinguido el yacimiento geotérmico. Más información: Presentación Manzella

En la imagen torres de refrigeración en Larderello, donde se levantó la primera planta de generación geotérmica del mundo.