• El proyecto de geotermia estimulada será pionero en la costa Este

  • La iniciativa evitará la emisión anual de 82.000 toneladas de CO

 Inmaculada G. Mardones. Los rectores del campus de la Universidad de Cornell en Ítaca, estado de Nueva York, una zona con escaso desarrollo de la geotermia, frente a los estados del Oeste, están dispuestos a sustituir sus instalaciones de climatización convencionales por geotermia. Aunque sea a costa de perforar pozos entre 3.000 y 6.000 metros de profundidad hasta alcanzar el yacimiento geotérmico apropiado.

Como se apunta en el gráfico adjunto, Cornell recurrirá a la geotérmica estimulada, es decir, la fracturación de la roca madre caliente para que el fluido circulante penetre en su alma, atrape su calor y lo traslade hasta la superficie para distribuirlo por el campus y generar electricidad.A pesar de que esta tecnología de la fracturación es conocida en geotermia desde hace tiempo, no se ha aplicado con la frecuencia utilizada en la extracción de hidrocarburos (shale gas).cornell

Pero Cornell está decidida  a aprovechar el calor del subsuelo para afrontar la demanda de calefacción de las 300 hectáreas que ocupa su campus durante los duros inviernos que se prodigan en Nueva York y Pensilvania. La universidad mantiene lazos estrechos con centros especializados en geotermia de Islandia, uno de los países más avanzados en el aprovechamiento de la geotermia.

En los próximos cinco años, se ejecutará una planta piloto de demostración con dos pozos y un intercambiador de calor para la climatización de unas áreas concretas del campus a un coste entre los 12 y los 15 millones de dólares incluida la investigación. En este momento, los promotores realizan tareas de captación de socios inversores y patrocinadores, privados y públicos para crear un consorcio.

Si la planta piloto tiene éxito se abordaría una planta geotérmica a gran escala.En ese caso convertiría a Cornell en la punta de lanza de esta tecnología geotérmica de estimulación (EGS), en el otro extremo de los Estados Unidos.

Otros edificios públicos, campus, como el Instituto tecnológico de Oregón o la Universidad Pública utilizan bombas de calor geotérmicas para climatizar los tres millones de metros cuadrados de su campus. Cornell sería la primera en secundarles en la costa Este. La universidad ocupa el puesto 19 en la lista de las mejores universidades del mundo.

De todas formas el empeño llevará tiempo, aunque el la decisión de la universidad en el compromiso a reducir las emisiones y los combustibles fósiles viene de lejos y no tiene vuelta atrás. En 1998 el Departamento de Medio Ambiente del estado de Nueva York aprobó el proyecto de refrigeración que utiliza agua fresca del lago Cayuca para refrigerar el campus por 58,5 millones de dólares, lo que le ha permitido ahorrar  25 millones de kWh anuales en refrigeración desde 2000  (un 86% del coste en refrigeración) y eliminar los equipos tradicionales que utilizaban cloroflourocarbonos (CFC).

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Este compromiso, apoyado también con placas solares y la eleiminación de una central de carbón ha logrado reducir  las emisiones de efecto invernadero en un 30%. «Cornell no puede alcanzar la neutralidad climática sin eliminar totalmente los combustibles fósiles para calentar el campus. El objetivo es  eliminar totalmente los combustibles fósiles y alcanzar la neutralidad climática evitando 82.000 toneladas de CO2.

Hay muy pocas tecnologías  potenciales disponibles  aquí en Ítaca para conseguirlo: la energía geotérmica podría ser la ruta más barata para lograrlo», dice en un comunicado.

Según un estudio de 2006 dirigido por Jeff Tester, director del Instituto de Energía de esta universidad  y el profesor Croll de Energías Renovables  en Ingeniería Química y Biomolecular de esta universidad, la geotérmica estimulada podría alcanzar más de 100 GW de capacidad instalada en los próximos 50 años en los EstadosUnidos. Representaría el 10% de la capacidad eléctrica actual de todo el país. Pero para hacerla económicamente viable y extenderla más allá de la costa oeste, los nuevos sistemas de calefacción urbana por estimulación geotérmica, necesitan abrirse camino. Más información en:Crónica de CornellVídeo e Innovación energética