Con un 45% de sus habitantes y el 90% de sus hogares sin acceso a internet, el Salvador es primer país del mundo en utilizar la moneda digital como curso legal
La minería del bitcoin emite más de 60 millones de toneladas de CO2, lo que 9 millones de coches al año. Bekele utilizará plantas geotérmicas para minar bitcoins
Inmaculada G. Mardones.- De El Salvador se esperaba el estreno de dos nuevas plantas de geotermia para generar electricidad, seguir manteniendo su liderazgo centroamericano en este sector y reducir su dependencia de los hidrocarburos. Pero desde que asumió la presidencia Nayib Bukele, un empresario publicitario, hijo de un imán palestino inmigrante, sus decisiones rompen las agendas y acaparan la atención mundial.
En un tuit donde aparece retratado frente a una perforadora geotérmica que expulsa vapor, como una locomotora del siglo pasado, anunciaba la orden de convertir el bitcoin en la moneda de curso legal en El Salvador, junto al dólar estadounidense. De esta manera se convierte en el primer país del mundo en asumir la criptomoneda como medio de pago.
Bukele ha ligado su iniciativa – convertida en ley en tres días con el respaldo de 62 votos sobre 84 parlamentarios- a la explotación de la energía geotérmica para la minería de esta moneda virtual. Entrará en vigor en tres meses. «He dado instrucciones al presidente de LAGeoSV – la empresa publica que gestiona las plantas geotérmicas- que disponga de lo necesario para la minería del bitcoin, que resulte barata, 100% limpia, 100% renovable con O emisiones y energía procedente de nuestros volcanes ¡Esto va a evolucionar rápidamente salir ya!» decía en otro tuit. «Me acaban de informar que tras perforar un nuevo pozo proporcionará aproximadamente 95 MW de energía limpia».
«Si se utilizar los 644 MW de energía geotérmica desperdiciada, El Salvador se convertiría en uno de los mayores mineros de bitcoin del hemisferio, además de ser renovable» sentenciaba @nayibbukele en otro mensaje en Twitter, la plataforma en la que emite mensajes con asiduidad. Lo anunció en sábado. Se aprobó tres días después.
El consumo energético para la «fabricación» o minería de bitcoins – cálculos matemáticos mediante ordenadores enlazados- genera más de 60 millones de toneladas de CO2 al año, el equivalente a las emisiones de 9 millones de coches, según Bank of America.
Apoyo a la geotermia, no al bitcoin
El presidente salvadoreño sostiene que la minería de bitcoins utilizará energía geotérmica de la que el país centroamericano dispone en abundancia, ya que se ubica sobre la fosa tectónica central. El 23% de la generación eléctrica procede del subsuelo. Desde los años setenta la capacidad de las plantas geotérmicas alcanza los 204 MW instalados (Ahuachapán – 95MW y Berlín 109 MW) a los que se sumarán casi doscientos más con la ampliación de ambas y la construcción de Chinameca y San Vicente, impulsadas y financiadas por el Banco Mundial.
Dentro de tres meses los salvadoreños que vayan al mercado tendrán la oportunidad de pagar en dólares o con su teléfono móvil conectado a internet. Pero no todos podrán hacerlo por mucha prisa que Bukele empuje a su iniciativa. Sólo el 45% de los 6,5 millones de salvadoreños tiene acceso a la red y más del 90% de los hogares rurales carecen de ella, según un estudio elaborado en 2020 por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Instituto Interamericano de Cooperación (IICA) y Microsoft.
Bukele asegura que se construirá una infraestructura satelital para que los salvadoreños en zonas rurales se conecten a Internet y a la red bitcoin en lugares donde la conectividad es deficiente. La compañía Blockstream ha anunciado que contribuirá con su tecnología para hacer de El Salvador un modelo para el mundo.
Difícil lo van a tener también con la enorme oscilación y volatilidad monetaria del bitcoin, que de un mes a otro puede variar de los 63.000 dólares a 33.000. Unos pantalones que ayer valían 30 dólares mañana pueden ser inaccesibles. Bukele pretende mitigar esa fluctuación mediante la creación de un fideicomiso de 150 millones de dólares para canjear automáticamente los bitcoins quien desee hacerlo y trasladar así el riesgo al estado salvadoreño. «Es una falacia», estimaba en un tuit el economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales para El Salvador y Honduras, Ricardo Castañeda. «Toda la población, particularmente la más pobre por la forma como se cobran los impuestos, es quien pagará el riesgo».
Bukele confía en sacarle partido a las remesas de sus 2,5 millones de emigrantes en Estados Unidos que alcanzan casi los 6.000 millones de dólares anuales (el 20% del PIB) y evitar las comisiones de los bancos. Para el economista César Villalona «no se han medido las implicaciones. No está estudiado. A la Unión Europea le llevó años pasar al euro. Aquí no. Todo es cuestión de días. Creo que es una acción muy irresponsable» que complicará las negociaciones con el Fondo Monetario internacional para obtener un crédito de 1.400 millones de dólares.
De momento, el Banco Mundial ha rechazado ayudar al presidente salvadoreño en su aventura digital. «Si bien el gobierno se acercó a nosotros porque estamos comprometidos en ayudar a El Salvador de diversas formas, incluso en lo que se refiere a la trasparencia cambiaria y los procesos regulatorios, no es algo que el Banco Mundial pueda apoyar, dadas las deficiencias medioambientales y de trasparencia», ha declarado un portavoz de la entidad.
Más información sobre cómo funciona bitcoin en el refugio paradisíaco salvadoreño de El Zonte, por Bloomberg