By Warren L. Lloyd PE, LEED AP
Apenas cuatro años desde que el hospital Advocate Sherman abriera sus puertas tras invertir 230 millones de dólares en las afueras de Chicago, ya se ha amortizado la mitad de los 6.1 millones invertidos en el mayor complejo geotérmico del mundo asociado a un lago.
La dirección decidió en 2005 construir un nuevo campus en sustitución del viejo -con 100 años de antigüedad sobre 5 hectáreas-, en nuevo emplazamiento de 60.000 metros cuadrados sobre 62 hectáreas, 10 de ellas, forestales ha sido acertada.
A medida que el proyecto comenzaba a despuntar los gestores pidieron a los arquitectos Shepley Bulfinch Richardson Abbott de Boston que priorizaran un entorno saludable a los pacientes y ejecutaran un edificio sostenible.
La disponibilidad de espacio sugirió a la ingeniería KJWW incorporar un lago al sistema geotérmico. Ya habían probado algo similar en 2000 con el Great River Medical Center en Burlington, Iowa. Como los costes pueden variar a los presupuestados Advocate Sherman lo tomó con cautela.
La disponibilidad del lago suponía un extra coste de 3,5 millones de dólares y 4 hectáreas de suelo más para la balsa de descarga costaba 3.5 millones más que una planta de gas convencional más 1,6 millones para las 4 hectáreas de suelo adicional.
La inversión suponía un ahorro anual de 1.1 millón de dólares con lo que el hospital podría amortizar las instalaciones en seis años.
La instalación concluyó en el verano de 2008. Un año después se desplazaron los pacientes y el equipo médico.
La creación de la balsa exigió la contratación de un limnólogo y el diseño de un tamaño capaz de permitir el máximo intercambio de calor a transferir, la profundidad del agua y la temperatura de manera asegurara la creación de un ecosistema sostenible, en lugar de algas y maleza no deseada. Para ayudar a mantener este ecosistema vivo, el nivel de los 5,5 metros de profundidad se alinea con una conducción de un metro excavado en los desescombros. El nivel del agua se mantiene con aportaciones de dos pozos de reserva, pero hasta el momento no ha sido necesario utilizarlas.
El sistema geotérmico consiste en varios componentes. El fondo de la balsa está conectado a una malla de 175 tubos de 9 por 2,5 metros cada uno que sirven de transmisores de calor. Los tubos suman 240 kilómetros de propileno y conforman la única estructura de la balsa. Para su mantenimiento sólo haría falta reflotarlos a la superficie. Cada tubo envía una mezcla no tóxica de agua y metanol a un par de tuberías flexibles de 5 centímetros hasta un tanque dentro del hospital. desde allí el fluido se transfiere hasta el tanque principal y las bombas individuales de calor.
Desde que el hospital está operativo, cada una de las habitaciones y salas disponen de un termostato para regular a discreción la temperatura deseada por el paciente.
El hospital dispone de mil bombas de calor agua/aire ubicadas en pequeños armarios de los corredores de las plantas para permitir el acceso a su mantenimiento.
Simultáneamente el sistema geotérmico calienta o enfría las zonas críticas del hospital -sala de urgencias, quirófanos y UCI- otros sistemas convencionales refuerzan los mayores volúmenes de ventilación y filtración requerida por dichas zonas. Todo el sistema geotérmico de climatización descansa en el agua de la balsa, tanto en los meses calurosos como en los fríos de Chicago.
El sistema es flexible y podría ampliarse de las 2.400 toneladas de calor actuales a las 3.400.
Los visitantes tienen acceso a las instalaciones, que son frecuentemente recorridas por estudiantes de los colegios de la comunidad. Y la propia balsa que proporciona un hábitat para pescados, patos y plantas de humedales nativos.
«El viejo hospital consumía 3.787 kWh por metro cuadrado. Ahora vamos por 2.076 kWh. Comparando el viejo campus con el actual, ahora usamos un 80% menos de gas natural , 15% menos de electricidad y 72% menos de agua». El sistema geotérmico de climatización ahorra al hospital un 30% en los costos de climatización al año y aunque sus gestores no han solicitada certificación energética LEED, el complejo hospitalario es el más eficiente del mundo. instalación convierte al
«Ser ecológico es más que aplicar un sistema geotérmico. No todos los centros hospitalarios tienen la suerte de disponer de tanto suelo para aplicarlos», dice Dawn Stoner coordinador del proyecto hospitalario. «Creo que nos hemos convertido en una referencia».
La instalación ha recibido una subvención de 400.000 dólares de de la Fundación Clean Comunidad de la Energía de Illinois y ha sido galardonado con 956.000 dólares del Departamento de Energía de los EE.UU. para financiar el lago y promover la seguridad energética de Estados Unidos a través de un sistema de energía confiable, limpia y asequible.
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