APPA. Madrid, 23 de enero de 2014.– La Asociación de Productores de Energías Renovables-APPA lamenta que la Comisión Europea no haya asumido la propuesta del Parlamento Europeo de alcanzar una cuota mínima de un 30% entre sus objetivos vinculantes para 2030 en materia de energía y medioambiente. La Comisión finalmente ha cedido a la presión de los lobbies energéticos y de algunos países europeos al situar el objetivo vinculante de renovables en un modesto 27%, obligatorio para la Unión Europea en su conjunto pero no para los estados miembros. Con esta decisión, sobre la más que discutible base de mejorar la competitividad de la industria europea, la Comisión da marcha atrás en su política de apoyo a un sector, el de las renovables, principal instrumento para reducir la dependencia energética, herramienta fundamental para dar cumplimiento a los compromisos de la Unión Europea en Cambio Climático, fuente de empleo y una baza importante para la recuperación económica de Europa.
Para APPA, la decisión de la Comisión no es coherente con la estrategia seguida hasta ahora, pues según sus propios datos, marcarse un objetivo del 30% habría supuesto la creación de más 550.000 puestos de trabajo adicionales a la propuesta finalmente aprobada del 27% y pondría coto a la sangría de divisas que sufre Europa debido a la importación de combustibles fósiles al haber generado ahorros adicionales de 260.000 millones de euros. Destacar que la balanza energética española en 2012 tuvo un saldo negativo de 45.500 millones de euros.
Marcar un objetivo obligatorio a la propia Unión Europea y no a los Estados miembros en cuanto a la cuota de renovables es tanto como renunciar al desarrollo de las energías limpias y al liderazgo que Europa tiene en este sector, que además registra inversiones crecientes en todo el mundo. Para APPA, la decisión de la Comisión traerá graves consecuencias económicas para la Unión Europea, pues la dependencia energética seguirá debilitando nuestra economía, y medioambientales, porque dará pie a más entrada de combustibles fósiles.
La decisión de la Comisión supone tirar por la borda el ingente esfuerzo inversor llevado a cabo en Europa, tanto por el sector público como privado, y abandonar una posición de privilegio en el sector de las energías limpias, que es sostenible medioambiental y económicamente, según la Asociación. “El Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España, referido a 2012, demuestra con datos que las energías limpias son un gran negocio para España y también para Europa. El sector renovable registró en el citado año 114.000 empleos y con una aportación de 10.563 millones de euros representó el 1% del PIB español”, ha declarado el presidente de APPA, José Miguel Villarig.