¿Qué pasa con los precios récord a la baja de la energía renovable? La innovación es la clave para aprovechar el potencial de las energías renovables. Una revolución recorre las políticas sobre estas energías a nivel global. En el último recuento, 48 países han adoptado enfoques basados ​​en subastas para incentivarlas y otros 27  lo están considerando seriamente.

 Tendencias en 2017. España ha realizado desde 2016  tres subastas  

La idea es simple, en teoría. Se fija un nivel objetivo de inversión por capacidad de energía renovable y luego se asignan estos contratos a los oferentes de menor precio, lo que implica un distanciamiento al otro extremo de las «primas a tarifas» que se han utilizado en muchos países durante bastantes años para subvencionar proyectos de energía renovable. Tradicionalmente, esas primas (FTI) se han fijado muy por encima del precio de la electricidad vigente.

La que preocupa a algunos defensores de las energías renovables es que la fijación de precios a través de una subasta competitiva reducirá los subsidios … o los eliminará por completo. El potencial para obtener más retornos por cada dólar  o euro de energía renovable es precisamente lo que atrae a los gobiernos partidarios de sustituir esos subsidios. A medida que los mercados de energía renovable maduran y su penetración aumenta, un número creciente de países trata de reducir los subsidios estimulando la competencia.

Auge de las subastas y caída de los subsidios

 Algunos países relevantes se han convertido recientemente en «verdes como» muestra el mapa de arriba. Alemania es uno de ellos. Su sistema de primas produjo el “milagro solar” (verdaderamente milagroso por alcanzar hasta 38 GW de capacidad de energía solar fotovoltaica) en un país que tiene el mismo potencial solar que Alaska. Pero esa política ha tenido un coste que, en última instancia, ha resultado excesivamente elevado para que los consumidores pudieran soportarlo. El año pasado, Alemania puso fin a las primas y las sustituyó por subastas competitivas de compra de energía renovable.

La India es otro ejemplo importante. Durante años, el gobierno indio ha garantizado a los productores de energía renovable tarifas muy por encima del mercado a largo plazo [como en España]. Estas primas están siendo rápidamente reemplazadas por subastas con la esperanza de que las presiones competitivas reduzcan los costos de adquisición y aumenten la transparencia.

Con la adopción de las subastas, puede que se pregunte qué está sucediendo con los precios de adquisición de la energía renovable. El siguiente gráfico muestra los precios de la subasta de la energía solar fotovoltaica:

La tendencia general es una caída de precios a lo largo de 2016. En 2017 continua a la baja. En junio, vimos que la fotovoltaica a gran escala alcanzaba un precio promedio de 70 dólares el MWh en la última subasta solar de Alemania (Precios Alemania)

 

Francia (Subasta) anunció el mes pasado los resultados de su segunda subasta fotovoltaica de gran escala que se concretó en 507 MW a un precio promedio de 64,9 dólares. Desde febrero, la India ha celebrado cuatro grandes subastas de energía solar con tarifas que caen hasta un 26% entre la primera y la última subasta. En mayo, las ofertas ganadoras bajaron hasta los 38 dólares el MWh (Precios )

Los resultados recientes de las subastas eólicas también han seguido la misma senda. Alemania  celebró su primera subasta eólica offshore en abril  Las ofertas ganadoras estaban por debajo del precio de mercado de la energía en Alemania. Esta «eólica offshore sin primas» se celebra como un «aterrizaje lunar». India celebró su primera subasta de energía eólica en febrero. El año pasado, los proyectos eólicos en la India se contrataron en un rango de 62 a 93 el MWh. Este año, el precio de la puja ganadora fue de 54 dólares el MWh.

¿Buenas noticias para un cambio?

Al ver cómo el precio de compra de energía renovable están disminuyendo en los países que habían aplicado otros procedimientos de retribución, parece posible -incluso probable- que las compras basadas en subastas aceleren la afloración de precios y reduzcan los costos de adquisición en relación a lo que habrían resultado con otros procedimientos.

Esto suena a buenas noticias, a menos que se trate de un promotor que vea derretirse sus ingresos. ¿Pero es así, realmente? Es una buena noticia si la caída de costes por la compra de energía renovable refleja la capacidad del mercado para buscar los proyectos más rentables y si esta presión competitiva impulsa la innovación eficiente en el futuro. Pero hay preocupaciones legítimas de que las reducciones de costos que estamos viendo hoy sean de corto recorrido y/o ilusorias. Algunos críticos argumentan que las pequeñas y medianas empresas pueden verse en desventaja en estas subastas.

Si las pequeñas se retiran, la industria eólica y solar se concentrará lo que podría acarrear menos competencia a largo plazo.

También es posible que la adquisición basada en subastas obligue a los oferentes a ser demasiado agresivos. Si las ofertas ganadoras se basan en suposiciones excesivamente favorables sobre costes futuros de las instalaciones o la financiación de la deuda, la maldición del ganador podría volverse en contra. Las pujas agresivas también podrían reflejar el deseo de los promotores de dar un golpe para introducirse en un nuevo mercado, o la esperanza estratégica para renegociar la remuneración de primas después de ganar la subasta.

Este tipo de sub-licitación podría representar un riesgo a tener en cuenta, particularmente en las economías emergentes con ambiciosos objetivos de inversión en energía renovable.

Como lo observa el analista hindú,  Jasmeet Khurana: «Aunque los primeros 20 gigavatios acaben en chatarra aportarán energía solar competitiva y ampliamente escalable, a los gobiernos les encantará». Además, hay medidas que los países pueden adoptar para mitigar las bajas temerarias como exigir a los participantes en las subastas garantías, como la precalificación o fianzas.

Aprender haciendo

La viabilidad a largo plazo de los ambiciosos objetivos mundiales de reducción de emisiones depende en gran medida de la búsqueda de vías rentables, más económicas. Las primeras evidencias de las subastas de energía renovable sugieren que las compras basadas en el mercado podrían reducir los costos de adquisición.

¿Reducirá el costo social a largo plazo de una transición energética global? Creo que es demasiado pronto para decirlo.

El éxito final de este cambio de política dependerá en gran medida de los detalles del diseño de la subasta (que he resumido completamente en un intento de mantener este blog casi irresistible). Vemos mucha variedad de modelos de subastas. Con 48 experimentos en el mundo real en progreso (y más en el camino), hay mucho que aprender sobre cómo pueden ser diseñadas las subastas para ofrecer reducciones de costos sostenibles. El análisis cuidadoso de este experimento a gran escala será crítico. Necesitamos la innovación tecnológica y la innovación política para aprovechar al máximo el potencial de las energías renovables.

©Meredith Fowlie