«Para responder con un buen grado de certidumbre en el caso de La Palma, se requiere una inversión importante de I+D que puede alcanzar entre los 15 y 20 millones de euros y que se desarrollaría en tres fases diferentes”. La dos primeras para realizar  estudios geológicos, geoquímicos y geofísicos en
superficie con los que se tataría de detectar y delimitar aquellas zonas de mayor interés para la realización posterior  sondeos profundos de exploración geotérmica a unos 2.500 metros de profundidad. La materialización de estos sondeos constituye la tercera fase de los trabajos que se consideran necesarios para completar la exploración geotérmica en la isla.

La primera de las tres fases se materializará con la firma del convenio entre el Cabildo palmero y el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), para invertir 300.000 euros en dos anualidades, 2017 y 2018. Aunque con una disponibilidad presupuestaria muy limitada “es el primero de varios escalones”, recuerda el científico. 

El importante coste económico que conlleva el desarrollo de la geotermia en La Palma constituye una clara inversión de futuro y de ahorro a medio y largo plazo. En la vecina isla portuguesa de San Miguel, en Azores, dos pequeñas plantas  geotérmicas de 10 y 13 MW, cubren el 44% de la demanda energética de 140.000 habitantes.

El coordinador científico de Involcan se pregunta  si la sociedad canaria puede a permitirse el lujo de que pasen otros 40 años sin conocer si la explotación de sus recursos geotérmicos para generar energía eléctrica son técnica y económicamente viables.

La participación económica del Estado,  así como de la autonomía canaria y la tramitación de apoyos europeos serán decisivos para lograr la inversión necesaria que permita determinar si la isla puede explotar una energía renovable rentable en otros zonas del mundo como Estados Unidos, Portugal, Italia, Islandia, Indonesia, México o Filipinas.

La Palma  solo cuenta con un pírrico 7% de producción de energía alternativa, alejada  de metas que planteaban un 20% en el año 2020 y que procede de los parques eólicos de Fuencaliente, Garafía, Mazo y el Aeropuerto, mientras que el 93,32 % restante lo aporta la central térmica de Los Guinchos.

En la imagen, volcán Hoyo Negro, que entró en erupción en 1949