La mayoría de la gente desconoce qué es la geotermia, sus aplicaciones y su competitividad frente a otras energías renovables
El diferencial o gap con el resto de Europa es de tanta envergadura, que a poco que se den unos pequeños pasos informativos para dar a conocer cómo se calientan las casas en el centro y norte europeos, muchos españoles querrán imitarles. Con una ventaja muy importante a la hora de hacer cuentas. El ahorro extra para regiones cálidas es doble. Porque la geotermia sirve tanto para calentar las viviendas en invierno como para enfriarlas en verano. Permite prescindir del aire acondicionado.
El colegio de Geólogos y el área de la geotermia del APPA (asociación de productores de energías renovables) han tomado la iniciativa en la feria Genera15 de convocar una sesión dedicada exclusivamente a exponer «Y a mí cuánto me cuesta la geotermia?». Y a fe que interesa el tema. La sala se quedó pequeña y sin sillas suficientes para tanta audiencia. Todo lo contrario que la feria en si, que apenas llenó el pabellón 2 de Ifema. Se nota el impacto de las primas.
En la mayoría de los foros geotérmicos es frecuente escuchar quejas sobre la discrepancia entre la capacidad y funcionamiento de las bombas de calor y la potencia de las instalaciones en presupuestos y folletos frente a su rendimiento real. Pocas veces se exponen estos últimos, entre otros motivos, porque el sector está huérfano de regulación y de formación de sus instaladores.
En la exposición de Madero se trata de su propia casa, situada en el municipio de Pozuelo de Alarcón al noroeste de Madrid. Aunque ha pasado poco tiempo desde la instalación, el propio Madero admite que hoy no la haría igual. Casi nadie perfora sondas de 190 metros.
En 2007 apenas existía la geotermia y las únicas perforadoras existentes provenían de la hidrogeología; unas máquinas enormes para buscas agua en las profundidades. «Hoy con equipos más idóneos no haría falta perforar más de 140 metros y desde luego pondría dos sondas en vez de una».
En el gráfico inicial se muestran las características de la casa a climatizar, el aprovechamiento de la geotermia para calentar la vivienda, el agua caliente sanitaria y la piscina utilizada como disipador de calor en verano para mantener la casa refrigerada.
Con meticulosidad sueca, Miguel Madero ha registrado y fotografiado todas las mediciones del consumo eléctrico y geotérmico de la vivienda para poder evaluar con propiedad la eficiencia real de la instalación con equipos de su propia empresa. Los resultados de las mediciones son los siguientes:
Si la climatización de las viviendas se «comen» más del 36% del consumo energético, la instalación de geotermia, a la vista de los ahorros, podría amortizarse en cuatro años, según Madero. Un cálculo optimista si se compara con otras valoraciones que lo sitúan en torno a los diez años.
Para acceder a la presentación de Miguel Madero clicar aquí: Genera2015.Girod
En la imagen, Daniel Muñoz, de Sacyr, Luis Suárez, presidente del ICOG, Manuel Regueiro, vicepresidente y Miguel Madero.