Radares de la Agencia Europea del Espacio (ESA) identifican yacimientos geotérmicos en Etiopía para su potencial aprovechamiento energético
Varias universidades británicas y geólogos etíopes han logrado identificar con la ayuda de satélites recursos geotérmicos en la gran falla del África oriental donde concurre la separación de dos placas tectónicas y numerosos volcanes. Se estima que en un país donde más de tres cuartos de la población carece de electricidad, el aprovechamiento del calor geotérmico, estimado en un potencial de 10 GV, podría abastecer de sobra sus necesidades energéticas.
La gran falla del África oriental (East African Rift) es un territorio donde concurre la separación de dos placas tectónicas lo que la convierte en una región con alta actividad volcánica. Gracias a esta animación de la Agencia Europea del Espacio (ESA) se muestra cómo el satélite radar Envisat puede detectar el desplazamiento de la superficie terrestre con precisión centesimal desde una altitud de aproximadamente 800 km. El radar de apertura sintética interferométrica (o InSAR) es una técnica de detección remota en la que dos o más imágenes sobre la misma área se combinan para detectar ligeros cambios en la superficie entre una y otra, informa ESA.
Cualquier pequeño cambio en el suelo genera cambios en la señal del radar y produce patrones de interferencia en colores del arco iris en la imagen combinada, conocida como «interferograma SAR» que indican la elevación de la tierra o su hundimiento. Envisat descubrió que el volcán inactivo del llamado Monte Longonot en Kenia se elevó 9 centímetros entre 2004 y 2006. La actividad tectónica, como el movimiento del magma subterráneo, puede haber causado esta deformación de la superficie exterior.
Los radares también pueden identificar líneas de fallas, como el radar del satélite japonés ALOS que detectó desplazamientos de tierra después de una serie de terremotos alrededor de Karonga, en Malawi. El interferograma revela detalles de una línea de falla. Las visualizaciones se basan en los resultados elaborados por Juliet Biggs de la Universidad de Bristol en el Reino Unido. Las mediciones como las que se ven en esta animación ayudan a los científicos a comprender la tectónica de placas. Proporcionan información sobre los patrones y las consecuencias de la actividad que pueden ayudar a tener una idea más clara del comportamiento de un volcán.
TheConversation.com.– (Reproducción) Etiopía nos evoca imágenes de grandes desiertos polvorientos, las bulliciosas calles de Addis Abeba o los escarpados acantilados de las montañas Simien (https://simienpark.org/), con un corredor de maratón en primer plano. Sin embargo, el país alberga una de las zonas volcánicas más activas de la tierra concentrada en el Gran Valle del Rift africano África que atraviesa su corazón.
Rifting es el proceso geológico que separa las placas tectónicas a una velocidad aproximada a la que crecen las uñas. En Etiopía ha propiciado que el magma se abra camino a la superficie; hay más de 60 volcanes conocidos. Muchos han sufrido erupciones colosales en el pasado, dejando inmensos cráteres que salpican el territorio del Rift. Algunos volcanes todavía permanecen activos. Visítelos y encontrará estanques de barro burbujeantes, fuentes termales y decenas de respiraderos humeantes.
El vapor se escapa en el volcán Aluto, Etiopía. William Hutchison
Hasta ahora ese vapor ha sido utilizado por los lugareños para lavarse y bañarse, pero ofrece una oportunidad mucho mayor. La actividad de la superficie sugiere fluidos extremadamente calientes en las profundidades, tal vez entre 300 ° C y 400 ° C. Si se explorara y accediera a ese vapor de alta temperatura podría conducirse a grandes turbinas y generar enormes cantidades de energía. Un hecho muy relevante en un país, Etiopía, donde el 77% de la población no tiene acceso a la electricidad, uno de los niveles más bajos de África.
La energía geotérmica se ha convertido recientemente en una propuesta seria gracias a estudios geofísicos que sugieren que algunos volcanes podrían producir un gigavatio de potencia, equivalente a varios millones de paneles solares o 500 aerogeneradores de 2 MW cada uno. Se calcula que el recurso sin explotar en la región alcanza los 10 GW.
La conversión de esta energía en electricidad se basaría en el proyecto piloto geotérmico que comenzó hace unos 20 años en el volcán Aluto en la región de los lagos, 200 kilómetros al sur de Addis Abeba. Su infraestructura se está actualizando actualmente para aumentar la producción diez veces, de 7 MW a 70 MW. En resumen, la geotermia parece una solución renovable de baja emisión de carbono para Etiopía que podría formar la columna vertebral del sector energético y ayudar a las personas a salir de la pobreza.
El problema principal es que, a diferencia de las economías geotérmicas más desarrolladas como Islandia, se sabe muy poco sobre los volcanes de Etiopía. En casi todos los casos, ni siquiera sabemos cuándo se produjo la última erupción, una cuestión vital ya que los volcanes en erupción y la generación de energía a gran escala no harán felices a los vecinos.
¿Volcanes en Etiopía?
En los últimos años, el Consejo de Investigación del Medio Natural del Reino Unido (NERC) ha financiado Riftvolc, un consorcio de universidades británicas y geólogos etíopes para abordar esta cuestión. Se ha centrado en la comprensión de los peligros y en el desarrollo de métodos para explorar y monitorear los volcanes a fin de que puedan ser explotados de manera segura y sostenible.
Equipos de científicos han explorado en el territorio durante los últimos tres años desplegando equipos de monitoreo y realizando observaciones. Sin embargo, algunos de los avances más importantes han llegado a través de una ruta completamente diferente: el análisis de imágenes satelitales en sus ordenadores.
El estudio ha propiciado hallazgos emocionantes en Aluto. Usando una técnica de radar satelital, descubrimos Science que la superficie del volcán Aluto se infla y desinfla. La mejor analogía es la respiración: encontramos «inhalaciones» agudas que inflan la superficie en unos pocos meses, seguidas de «exhalaciones» graduales que causan un hundimiento lento durante muchos años. No estamos exactamente seguros de lo que está causando estos altibajos, pero es una buena evidencia de que el magma, las aguas geotérmicas o los gases se mueven a unos cinco kilómetros de profundidad.
Medir la temperatura
En nuestro documento más reciente, utilizamos imágenes térmicas de satélites para investigar con más detalle las emisiones de las salidas de vapor de Aluto. Descubrimos que las ubicaciones donde los gases escapaban a menudo coincidían con líneas de falla conocidas y fracturas en el volcán.
Cuando monitoreamos la temperatura de estas troneras respiraderos durante varios años, nos sorprendió descubrir que la mayoría eran bastante estables. Solo unos pocos respiraderos en el margen oriental mostraron cambios medibles de temperatura. Y lo que es más importante, no sucedía en sincronía con los altibajos de Aluto: podríamos haber esperado que las temperaturas en la superficie aumentaran tras un período de inflación, a medida que los fluidos calientes suben desde el corazón del volcán.
Pozo geotérmico productivo en Aluto. William Hutchison
Cuando profundizamos en los registros de precipitaciones surgió una explicación: los respiraderos que muestran variaciones parecen cambiar como una respuesta tardía a la lluvia en el terreno más profundo en el margen de la falla. Nuestra conclusión fue que los respiraderos más cercanos al centro del volcán no son perturbados por la lluvia y por lo que representan la mejor muestra de las aguas más calientes del acuífero geotérmico. Obviamente, esto señala una diferencia cuando se trata de planificar dónde perforar pozos y construir plantas de generación, pero tiene un significado mucho más amplio.
Esta es una de las primeras veces que se monitorea un yacimiento geotérmico desde el espacio y demuestra lo que se puede lograr. Como los datos de los satelitales están disponibles gratuitamente, representan una forma económica y libre de riesgos de evaluar el potencial geotérmico.
Con volcanes similares dispersos en países como Kenia, Tanzania y Uganda, la técnica podría permitirnos descubrir y monitorear nuevos recursos geotérmicos no explotados en el Valle del Rift y en el resto del mundo. Cuando retrocedes y observas el panorama general, es sorprendente lo que empiezas a descubrir.