El mercado barcelonés reabre sus puertas con climatización geotérmica y cuatro nuevas plantas de sótano
Para instalar los termopilotes y abrir el aparcamiento subterráneo se han extraído 180.000 m3 de tierra, equivalente a 72 piscinas olímpicas
Inmaculada G. Mardones.- El mercado municipal de Sant Antoni, que Ildefonso Cerdá situó entre el Paralelo y la Ronda de San Antonio, al otro lado de las murallas del hoy casco viejo de Barcelona, renace de nuevo como la mayor instalación con cimentación termoactiva de Europa. Un detalle muy relevante, apenas mencionado en las crónicas de la inauguración.
Las obras han durado diez años, sí, porque en su ejecución se han descubierto esas 80 metros lineales de contramuralla romana que no son cosa para ocultar sino para desnudarlas y exibirlas, como es el caso de un tramo de 400 metros de la Vía Augusta Romana.
Además se ha tenido que reconstruir el subsuelo del edificio original (1882), obra del arquitecto modernista Antoni Rovira i Trias, implantar en la envoltura subterránea los pilotes termoactivos que climatizarán el edificio transfiriendo el calor o frío con el subsuelo y la habilitación de cuatro plantas subterráneas para uso comercial, carga y descarga, almacenamiento y aparcamiento de 400 vehículos. En total se han excavado 180.000 metros cúbicos de tierra, el equivalente a 72 piscinas olímpicas, en el mismísimo centro de la capital catalana.
Las obras las ha ejecutado la división industrial de Sacyr, responsable también de la instalación geotérmica para la climatización del antiguo hospital de Sant Pau, otro edificio barcelonés modernista, Patrimonio de la Unesco.
En este caso la trasferencia de calor y frío no se realiza mediante sondas, sino a través de intercambiadores geotérmicos incrustados en los muros pantalla de la cimentación. Al edificio se le da dotado de bombas de calor con una capacidad de 600 kW térmicos lo que le convierte, según la empresa, en la mayor obra de cimentación termoactiva realizada hasta la fecha en España. Se trata de 16.000 m2 de pantallas de hidrofresa activadas geotérmicamente a 40 metros de profundidad. «Además, se ha hecho el rebaje de más de 10 metros del nivel freático, el apeo con micropilotes de todo el edificio patrimonial y la construcción de una gran losa postesada y aligerada, de 1.20 metros de canto, para salvar luces de hasta 36 metros de longitud», señala Sacyr.
En La Vanguardia, Jesús Sancho destacaba que Sant Antoni se convierte así en uno de los edificios icónicos más esperados y singulares de Barcelona tras una inversión de unos 80 millones. «El renovado mercado es como una pequeña ciudad que cuenta con una nueva superficie total construida de 53.388 metros cuadrados distribuidos en cinco plantas, cuatro de ellas subterráneas. Esta joya arquitectónica, construida entre 1879 y 1882 entra en una nueva fase conservando su esencia y adaptándose a los nuevos tiempos con múltiples novedades de la mano del proyecto de remodelación del Taller de Arquitectura Ravetllat-Ribas. Habrá tres mercados en uno con 235 puestos totalmente renovados y más grandes, con una media de ocho metros lineales. Los clientes tendrán más espacio ya que los pasillos serán más amplios que antes de la reforma. En el interior, la zona destinada a la alimentación se reduce, 52 corresponden al mercado de producto fresco frente casi al centenar que había en la carpa provisional. Los puestos se ubicarán en el corazón del mercado, en el centro, en la planta que da a pie de calle. Los 105 puestos de los encantes (rastro) también se ubicarán en el interior, en los pasillos más cercanos a la fachada mientras que el mercado dominical se mantiene en el exterior. El mercado dominical de libros se instala finalmente en el perímetro del edificio con 78 puestos. Ha cambiado sus antiguos toldos por unas modernas marquesinas retráctiles de unos tres metros de altura no exentas de polémica. Algunas críticas han sido por el “impacto negativo en la visión” del edificio y su entorno.
Con la reinauguración del mercado y el acondicionamiento de las calles de su entorno, muy próximas al casco antiguo, algunos temen que la zona, históricamente de raigambre vecinal, se convierta en Boquería bis, y sea invadida por los turistas.
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Superficie total construida: 53.388 m2, repartidos en 5 niveles.
Inversión: Más de 80 millones de euros a los que hay que sumar la aportación de los comerciantes.