La geóloga jienense, Isabel Fernández Fuentes, dirige el proyecto europeo Crowdthermal para implicar a usuarios y opinión pública en la cofinanciación alternativa de proyectos geotérmicos
Con un presupuesto de 2,3 millones de euros se estudiarán durante tres años sendos proyectos en Islandia, Hungría y una cooperativa española
Inmaculada G. Mardones. – De Jaén a la facultad de Geológicas en Granada. De Granada a Madrid para hacer el doctorado. De Madrid a Bruselas para dirigir durante casi 20 años la Asociación de Geólogos Europeos. Y de Bruselas a sevilla, donde trabajará como consultora y gestora en la coordinación de proyectos europeos que contribuyan a la transición energética y el desarrollo sostenible. Un itinerario profesional de ida y vuelta, paralelo al de su experiencia vital, que devuelve a Isabel Fernández a su tierra andaluza para coordinar desde Sevilla un «proyecto ilusionante», el CrowdThermal.
La familiaridad de Fernández Fuentes con la geotermia le viene también de familia. Su esposo es sueco y es en Suecia donde el aprovechamiento de la geotermia ha registrado un boom espectacular como recurso energético sostenible para calentar las viviendas en los largos inviernos nórdicos.
“Creemos en la democratización de la energía, en el poder decisorio de las comunidades, de la gente. No se necesita depender de una gran compañía. Hace unos años escuché a un americano decir que hemos estado sometidos a un sistema energético feudal, donde los usuarios carecen de capacidad de voz y voto. Me pareció interesante. Las energías renovables, con su generación y distribución en un ámbito más local rompen esa dependencia y generan la posibilidad de que las comunidades locales compartan capacidades decisorias propias».
El desempeño principal de Isabel Fernández hasta ahora era la coordinación de personas y proyectos hasta 12 en paralelo desde Bruselas. Al asumir la dirección y coordinación de Crowdthermal desde Sevilla, asume la responsabilidad total de su gestión en base a tres proyectos reales implementados en Islandia, Hungría y España., apoyados desde organismos nacionales como Geoplat, en el caso de España, con un presupuesto de 2.305.801,25 euros para tres años.
” Pretendemos dar un enfoque innovador, ayudados por los medios de comunicación que nos permita facilitar la obtención de cofinanciación por parte de los propios usuarios, mediante el denominado crowdfunding. Generar nuevas herramientas y servicios financieros con sus correspondientes estrategias de comunicación sobre los distintos tipos de recursos geotérmicos. Facilitar su aceptación social en distintos entornos geográficos y desarrollar mecanismos para la toma de decisiones, protocolos de evaluación, así como análisis y valoración de los tres proyectos».
Diez países, ocho socios
En el desarrollo de Crowdthermal iniciado el pasado septiembre, con duración hasta agosto de 2022, participa un Consorcio formado por 10 socios repartidos entre 8 países (Bélgica, Alemania, Reino Unido, España, Países Bajos, Hungría, Islandia y España) y liderado por la Asociación Europea de Geólogos (EFG).
“Con esta iniciativa tratamos la geotermia en todas sus variantes; la alta entalpía en Islandia; la entalpía media en Hungría a través de calefacción de distrito y la energía somera en España, mediante el estudio de cómo los socios de algunas cooperativas optan por la geotermia y articulan su financiación. Se trata – añade Fuentes – de desarrollar un modelo de cofinanciación de distintos proyectos geotérmicos en base a casos de éxito para lo cual contamos con una empresa holandesa especialista en modelos de crowdfunding, de analizar la aceptación social de los proyectos y diseñar mecanismos de concienciación”.
Fuentes reconoce que la sociedad española no está familiarizada con la geotermia. Entre la geología y la biología, la opinión pública tiene más referencias de la flora y fauna que del subsuelo que las sustenta. Pero llegado el caso de un proyecto geotérmico, «los usuarios o beneficiarios deben ser conscientes de que invierten para recibir parte del beneficio: invierto para ahorrar en la factura de la luz. Los beneficiarios de un invernadero en Islandia deciden calentarlo con geotermia porque van a recibir parte de sus cosechas y asumen su financiación por convencimiento».
Los cooperativistas eligen la geotermia para sus viviendas
“En todos los casos son iniciativas que parten de tomas de decisiones democráticas desde la base, subraya Fernández Fuentes. Decisiones de personas con capacidad de conocer qué es la geotermia, los beneficios que le puede aportar y optar voluntariamente por esa solución, sin la intervención de la compañía eléctrica de turno. También abordaremos los distintos escenarios locales para la tramitación de los permisos de exploración que son muy diferentes y en algunos casos complejos de resolver por el desconocimiento que tienen algunas administraciones públicas de la actividad geotérmica».
Por parte española, el proyecto a incorporar a este programa no está aún definido, según Margarita de Gregorio, responsable del área geotérmica de APPA (Asociación de Empresas de Energías Renovables) y de GEOPLAT (La Plataforma Tecnológica y de Innovación Española en Geotermia). Lo que si es seguro es que se tratará de un proyecto o proyectos gestionados por cooperativas en alguno de los PAU a desarrollar en el área urbana de Madrid.
Casos de éxito los hay. La cooperativa que levantó el residencial en la antigua sede de la Concejalía de urbanismo, cerca de la plaza del Perú y el completo de Arroyo Algodonal en Tres Cantos, un prodigio de autogestión que a pesar de los enormes obstáculos políticos y financieros (al final consiguieron créditos de Triodos Bank) a su iniciativa, ha logrado los mayores reconocimientos de sostenibilidad energética que se otorgan en el sector.
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