Inmaculada G. Mardones.- El gobierno de Irán inaugurará al final del último mes del año persa actual (termina el 20 de marzo de 2021) su primera planta de generación eléctrica geotérmica de 5 MW, situada a los pies del complejo volcánico cuaternario del volcán Sabalan, con 4.811 metros de altitud, la 29 cumbre más alta del mundo, informan agencias de medios locales.
La idea de poner en explotación este yacimiento geotérmico de más de 282 kilómetros cuadrados situado al sureste del mar Caspio y noroeste de Irán ya estaba madura antes de la revolución de los ayatolás, pero la irrupción del islamismo estatal de 1979 la paralizó. Para entonces ya se habían explorado cuatro emplazamientos de aprovechamiento geotérmico en Damavand, Sahand, Khoy y Maku y éste de Salaban. Eel país se encuentra en el epicentro de uno de los corredores sísmicos más activos del planeta.
Esos estudios se habían llevado a cabo por expertos y compañías extranjeras. Los recursos calculados en la actualidad por los propios iraníes han identificado 15 zonas geotérmicas confiables con capacidad de producir hasta 800 MW de electricidad para más de 250,000 personas en áreas urbanas.
Irán ha suscrito el Acuerdo del Clima de París y está decidida a incrementar el peso de sus fuentes renovables en su mix energético, apoya hoy en los hidrocarburos y la energía hidráulica. Pero el peso de las sanciones de los Estados Unidos han guillotinado iniciativas en marcha. Según Iran Daily, la compañía noruega Saga Energy canceló un contrato de 2.900 millones de dólares para instalar 2.380 MW. La británica Quercus renunció a instalar una huerta solar por algo mas de 500 millones de euros ante la amenaza de sanciones y la holandesa Global Renewable Investments siguió sus pasos de abandonar Irán y desistir de instalar 1.700 MW en parques solares y eólicos. Estas renuncias sitúan a Irán en desventaja a la hora de alcanzar los objetivos del acuerdo de París en materia energética, que podrían alcanzar los 80.000 MW de energías renovables, cuando ahora sólo representan menos del 1%.
La planta de energía geotérmica Meshgin Shahr al pie del Sabalan y a a 85 km al noroeste de Ardabil, con tan sólo 5 MW de potencia, supone un mínimo eslabón en el inicio de la carrera geotérmica iraní en la que llevan invertidos 40,4 millones de euros. La idea es ampliar hasta un mínimo de 50 MW y un máximo de 500 MW en el aprovechamiento del campo geotérmico en torno al estratovolcán, donde se han perforado alrededor de una docena de pozos entre exploración e inyección. la temperatura del yacimiento oscila entre los 155º C y los 400º C. Estaban proyectados 18 pero las restricciones presupuestarias no lo han permitido, de momento.
La turbina de la planta ha sido instalada por la italiana Enel, dueña de Endesa. La participación italiana en este proyecto ha sido posible no sólo por su liderazgo en la explotación de recursos geotérmicos. El gobierno de Roma abrió una línea de crédito con Irán que ha permitido a sus empresas invertir en actividades de agua y electricidad en el país islámico.
El entorno de la planta está habitado por pequeñas aldeas sometidas a los rigores de un clima continental con inviernos muy crudos y exceso de calor estival. La planta está diseñada no solo para generar electricidad sino para climatizar las viviendas locales. En las faldas del Sabalan existen siete afloraciones termales, una de las cuales ostenta la temperatura más alta país, la llamada Geynarich con aguas termales a 86º C. Estas aguas se aprovechan en varios balnearios y termas modernas, uno de los usos directos históricos de la energía geotérmica en la región.
En los cuadros, recursos geotérmicos en Irán.
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