• La planta tendrá 8 MW de potencia y servirá calor por suelo radiante a 14 hectáreas de invernaderos

  • La gestión para los trámites de autorización han llevado casi diez años

Inmaculada G. Mardones. La primer planta de  geotermia profunda de España ha obtenido al fín autorización de la Junta de Andalucía después de más de seis años de tramitación desde que se presentó la solicitud.  Tendrá una capacidad de 8 MW de potencia para extraer calor del subsuelo en torno a los 100º centígrados mediante circuito cerrado y bomba de calor para entregarlo a través de tuberías a la puerta de los invernaderos a una temperatura de unos 60º C.  Los titulares de los invernaderos distribuirán el calor por suelo radiante a sus cultivos localizados en Níjar, Almería

La autorización supone un hito histórico en la agricultura de productos  de primor en España y en la explotación del calor existente en profundidades superiores a los mil metros, conocida como geotermia profunda. Será la primera planta de geotermia de alta entalpía.

Carlos Díaz, el ingeniero agrónomo promotor de la planta, no puede creérselo, que después de más de años de empeño y trámites administrativos haya conseguido por fín luz verde de la Junta de Andalucía a la iniciativa de la sociedad Cardial en la que participa con un 51%.. Ver más  Por el camino han quedado socios inversores o tecnológicos como Sacyr que se han descolgado por la incertidumbre de un permiso que nunca llegaba.

Con el autorización en  mano,  anunciada por la propia Junta y en esta ocasión, de la mano de Construcción y Obras SA (CYOSA) -reconvertida en promotora de energías renovables- con un 49% de la sociedad,  ya puede poner en marcha la perforación de los dos pozos (absorción e inyección) en circuito cerrado a 1.200 metros de profundidad y levantar la planta de gestión geotérmica.  Cuenta con precontratos de venta  a  los dueños de las 14 hectáreas de invernaderos a los que suministrará calor, así como la propiedad de los 10.130 metros cuadrados donde se instalará la planta térmica.

Hacerse con ese espacio vital ha sido tan laborioso como obtener el permiso de explotación. «Un trabajo de chinos, porque la mayoría de los terrenos no están registrados y algunos de los documentos de propiedad datan de 1870. Sólo estaban al día los que gestionó el Instituto Nacional de Reforma y desarrollo Agrario (IRYDA)», recuerda Díaz.

De momento el promotor y sus socios se dedicarán al completo a poner en marcha la planta y las sondas de captación e inyección de calor para que los invernaderos sustituyan otras fuentes costosas de calor por la geotermia en un radio de 2 kilómetros. Pagarán  a razón de 3 euros por metro cuadrado frente a los 7 que les cuesta la energía convencional. Según Díaz, con este recurso energético sostenible el rendimiento de los cultivos se multiplica ya que permite variedades llamadas «primorosas» por su sabor y pequeño tamaño «a 7 euros el kilo en la puerta del invernadero».  Son productos, añade, que  no se venden en España y que en el caso de tomates cherry de colores los niños alemanes los llevan en las mochilas escolares porque les gustan tanto o más que las chocolatinas.
La inversión inicial de unos 2,7 millones de euros en la perforación, la planta y la red de distribución de calor, tiene previsto doblarse porque entre sus planes  ya figura poner en marcha otra instalación gemela  para atender la fuerte demanda de calor en un territorio mimado por el sol pero no siempre por una temperatura idónea. Se trata de cultivos en invierno situados fuera de la primera línea de playa.  Afortunadamente, recuerda Díaz, cuentan con los sondeos realizados por el Instituto Geológico y Minero (IGME) que les permite disponer de un conocimiento indispensable sobre la localización y dimensión de los recursos geotérmicos de la zona.

Nijar.Geotermiaonline