El Gobierno francés quiere elevar los 66.000 empleos y 36.000 millones de euros anuales en facturación que generar los recursos del subsuelo

Un estudio calcula que Francia podría acaparar el 15% del mercado internacional si impulsa la geotermia

Inmaculada G. Mardones. El ejecutivo francés, junto a todos los sectores industriales asociados a los recursos energéticos del subsuelo ha elaborado un informe para ponerlos al día, valorarlos, analizar sus debilidades y fortalezas y proponer actuaciones políticas para su contribución al tránsito energético.

El informe,  realizado entre 2014 y 2015, establece un diagnóstico cuantitativo y cualitativo de todos los sectores involucrados desde la exploración y producción de hidrocarburos, al almacenamiento geológico de los mismos, almacenamiento de CO2 y la energía geológica profunda. Tras el análisis, ofrece soluciones para alcanzar los objetivos ambiciosos que se ha propuesto Francia: recudir el consumo energético un 20% para 2030 y un 50% para 2050 en relación al año 2012; rebajar un 30% el consumo de combustibles fósiles para 2030 y elevar la participación de las energías renovables hasta el 23% en 2020 y un 32% en 2030.

Los hidrocarburos representan en la actualidad el 44% del consumo de la energía primaria en la Francia metropolitana, mientras un 74% proviene de sus plantas nucleares (2013).


Francia atesora una amplia tradición de exploración y explotación del subsuelo profundo y encarn un protagonismo global en la explotación de petróleo y gas de primera categoría. Ahora aspira no sólo a mantener los 66.000 puestos de trabajo que mantiene la industria del subsuelo, sino a elevarlos y reforzar su competitividad. Entre el petroleo y el gas agrupan a más de 700 empresas con una facturación de 36.000 millones de euros anuales, de los que el 60% se obtienen de la exportación, según el informe, que destaca la importancia del desarrollo del fracking, el almacenamiento de CO2 y la geotermia profunda.

En el proceso de la transición energética las perspectivas de esta última son muy prometedoras. Según la ley de 2015 que regula este proceso, las energías renovables aportarán el 40% de la producción de electricidad en el año 2030 y un  32% del consumo de energía final, como se indicaba con anterioridad. La energía geotérmica profunda también contribuirá a potenciar el autoabastecimiento energético de las provincias de ultramar (Guadalupe, Martinica, etc.), donde está muy presente.


Francia es uno de los 20 países con mejores resultados en el uso de la energía geotérmica para la producción de electricidad y figura en la lista de los 10 primeros países del mundo en la producción de calor por geotermia.
Este sector, a pesar de todo,  sigue siendo gestionable toda vez que genera 177 millones de euros y cuenta con 1.320 empleados. El informe reconoce la importancia de su potencial tecnológico en vista del proceso de transición energética, a pesar de que hoy por hoy y como sucede en otros países, depende de una contribución financiera del estado. Por otro lado, el estudio recalca la importancia de la sinergia entre los diferentes actores, desde los grandes actores de la explotación de los hidrocarburos -Total..- a las pequeñas e innovadoras empresas para crear el impulso necesario al desarrollo del sector.
Unas y otras comparten la exploración y explotación del subsuelo como la tecnología y la investigación. El fortalecimiento de estas sinergias, según el estudio, podría ayudar a acelerar el desarrollo de la energía geotérmica. En este sentido, la transferencia de tecnología intensiva y eficaz del sector fósil al geotérmico ayudaría a este último, por ejemplo, cuando se trata de modelizar y monitorear el subsuelo.

El estudio califica de prometedoras las perspectivas para la geotermia francesa y no sólo para el mercado interior, enfocado cada vez más en las fuentes energía renovables, sino también para la exportación de tecnologías y conocimiento. Los expertos creen que Francia de aquí a 2030 podría hacerse con una participación entre el 10% y el 15% del mercado geotérmico internacional.