La instalación de 1.300 metros, con cinco piscinas a distintas temperaturas, ahorra un 35% en su factura energética

Inmaculada G. Mardones. El corazón del centro histórico de Málaga, a unos pasos del museo Thyssen, alberga desde hace unos meses el lugar en el que cualquier viandante querría zambullirse después de patear la ciudad: unos baños árabes (hammam). Los  de mayor dimensión de la península. Hammam Al Andalus no son un rescate arqueológico de la época nazarí que gobernó la ciudad siglos atrás, sino una recreación de nueva planta con las instalaciones de climatización y gestión del agua más ecoeficientes  de hoy en día, la que transfiere  la temperatura del subsuelo a las bombas de calor que enfrían o calientan el agua en la que se sumergen los bañistas.

No es el primero ni el último baño árabe que la compañía Hammam Al Andalus implanta en España. Sus promotores, el psicólogo social José María García Córdoba y su novia, María Jesús García, educadora física, vislumbraron allá por 1996 que en la era del deporte generalizado y la explosión de los gimnasios, la recuperación de los baños árabes sería un buen complemento para, después de el esfuerzo, darle gusto al cuerpo. Primero lo pensaron para ellos mismos. Restauraron una casa morisca en  Granada  y en el transcurso de las obras modificaron la idea para convertir sus baños privados en públicos.

De ahí dieron el salto a Córdoba, Madrid y al corazón de Málaga, entre la plaza de los Mártires número 3, frente a la parroquia del mismo nombre  y la calle Pozos Dulces, justo detrás del Museo Carmen Thyssen. La sociedad Al-Andalus abrió un hueco en ese espacio y ha levantado en su lugar una casa de baños al más puro estilo nazarí, desde la planta baja hasta la bóveda, con cinco termas de agua a distinta temperatura (caliente, templada, 2 frías y reposo) salas de vapor,  de masajes, de calor seco y un pasillo de aromas desplegados sobre 1.300 metros cuadrados «capaces de acoger a más de 500 personas diarias perfectamente» apunta Antonio Rivadeneyra, gerente del local.

Cuando se inició el diseño de las instalaciones, el ingeniero Antonio Marti, de la consultora electrónica granadina Idem, propuso una solución diferente e innovadora frente a las instalaciones de los hammam anteriores: aprovechar el calor del subsuelo para calentar o enfriar el agua de las cinco termas.

La solución encontró un camino de plata en las administraciones que debían dar luz verde al proyecto.

-¿Os pusieron pegas para la licencia?

-Todo lo contrario, contesta Rivadeneyra. Tanto la Junta de Andalucía como el Ayuntamiento veían muy innovador el proyecto y deseaban verlo ejecutado cuanto antes. Nos han dado todas las facilidades.

Martí se puso manos a la obra. Se abrieron 16 pozos a 150 metros de profundidad  bajo el solar despejado y diseñó el mismo la compleja infraestructura de la instalación.

La visita a la «bodega» del hammam Al Andalus de Málaga es  impresionante: la entrada y salida por donde circula el calor y frío de las 16 sondas, el tanque de agua fría enfundado, los de agua caliente, la depuradora, el mar de tuberías que vienen y van ordenadamente hasta las termas. La sala de control, la bomba de calor replicada para sortear cualquier incidencia.Todo impecablemente limpio.

Las bombas son de la firma finlandesa Lampoassa, modelo 80T, con una potencia de 80 KW/cada una.

-¿Por qué esta elección?

– Este fabricante, distribuido en Málaga por Tuinsa, era el único que nos garantizaba un retorno del agua de los pozos con una temperatura inferior a 10ºC  para el frío. Los otros fabricantes nos daban una temperatura más elevada. Hablamos también con la andaluza Ciatesa y la alemana Immosolar Energy Management que tiene mucho prestigio pero nos inclinamos por Lampoassa por la cuestión del frío.

La instalación consume diariamente 4,2 metros cúbicos de agua, de los cuales reciclan casi la mitad – 2.1 m3- gracias a un sistema de filtrado con aire -oxígeno- que esperan mejorarlo. Con respecto al agua caliente sanitaria calculan que cada cliente se ducha alrededor de 3 ó 4 veces durante su estancia. «Estimamos que unos 45 litros por persona, que lógicamente no se puede reciclar», precisa Rivadeneyra.

Esquema instalación geotérmica 

Las instalaciones geotérmicas para aprovechar el calor del subsuelo en las termas han supuesto 250.000 euros de inversión, un 50% más caras que unas convencionales. Ni Rivadeneyra ni Martí pueden precisar con exactitud el ahorro frente a una instalación tradicional porque necesitarían considerar diversas variables, entre ellas, el consumo en función de la ocupación que podría acoger diariamente (hasta 500 personas). Groseramente, creen que la geotermia les supone un ahorro del 35% y que podrán amortizar la inversión en siete años. La inversión total ha alcanzado los 5 millones de euros, aportados íntegramente por la compañía cuyo capital es cien por cien andaluz repartido entre numerosos socios.

«El hecho de  que hayamos apostado por la geotermia no sólo responde a una cuestión económica o de diferenciación, sino por la sensibilización de la empresa y la mía como gerente. Estamos convencidos de que la responsabilidad social no es un tema de un apartado exclusivo de la vida (el personal o el profesional) sino que abarca el día a día en todas las acciones que acometemos en nuestra vida diaria».

Rivadeneyra se muestra realmente orgulloso de su «hammam» y de su singularidad por aprovechar la geotermia, algo poco frecuente en España, pero muy extendido su uso en el resto de Europa. En el caso del hammam de Málaga dispone de acreditación del Sistema de Calidad Turística en Destino del Ministerio de Turismo, Comercio y Deporte y se preparan para obtener el Certificado de Calidad Ambiental Municipal. De momento la iniciativa conjunta de la empresa en Málaga, Granada y Granada (además Madrid) les ha hecho merecedores del premio Prestigio Turístico de Andalucía 2014, que otorga anualmente la Junta de Andalucía  a las empresas del sector más relevantes y que se entrega a finales del septiembre.

Con 35 empleados a su cargo y una expectativa de negocio de dos millones de euros anuales, Rivadeneyra se muestra muy optimista: «Esperamos en un corto plazo ser un referente turístico y cultural de la provincia de Málaga. Desde nuestro inicio hace menos de un año y medio, la acogida por los diferentes agentes turísticos, públicos y privados de Málaga, ha sido extraordinaria. Trabajamos estrechamente con el Convention Bureau, el Patronato de Turismo Costa del Sol, la mayoría de los principales hoteles de la Provincia de Málaga y agencias e intermediarios de toda España.  Y del cliente malagueño estamos recibiendo una retroalimentación muy positiva». En las imágenes, las distintas termas, fachada con el Carmen Thyssem al fondo, y las instalaciones con las bomba geotérmica y depósitos.

Más información en http://malaga.hammamalandalus.com/

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