• Cardial tiene previsto alcanzar el yacimiento de 100º C en Níjar, Almería, a finales de mayo

  • Antes de perforar el pozo de inyección, a 1 km de distancia, se estudiarán las condiciones del primero

Inmaculada G. Mardones. La desescalada del confinamiento, tras el tsunami coronavirus´19, ha despejado la ansiedad de los operadores de la primera planta española de geotermia profunda que se abre paso en Níjar, Almería, once años después de presentar los primeros permisos.

A mediados de mayo la perforadora del primer pozo, el de absorción, manejado por la empresa almeriense Perforaciones Romera, especializada, cómo no en estas tierras, en ingeniería de aguas subterránea, alcanzaba los 800 metros de profundidad. A fin de mes tienen previsto llegar hasta los 1.200 y dar por terminado el taladro de la tierra, según Carlos Díaz, director de la empresa promotora Cardial Recursos Alternativos, del grupo Cyopsa, en la que tiene una participación del 49%.

Cyopsa es una constructora clásica que se ha estrenado en el campo de energías renovables con este proyecto de geotermia profunda. La compañía deposita mucha confianza en esta actividad y confía en revertir la ausencia de España en este campo con amplio desarrollo en el mundo.  Desde hace unos años, el grupo «se ha propuesto revertir esta situación, promoviendo el desarrollo de una red de plantas geotérmicas en la provincia del Almería a través de Cardial. El objetivo de estas plantas será suministrar calefacción a los invernaderos de la región, mejorando así su productividad sin perjudicar al medio ambiente».

Emanaciones de anhídrido sulfúrico

El reinicio de los trabajos ha permitido en los primeros días superar más de la mitad de la profundidad estimada, con lo que en estos momentos  se trata del sondeo de mayor profundidad que jamás se ha hecho  en España con la finalidad de servir calor geotérmico a los invernaderos de segunda línea del litoral en la costa almeriense.

El confinamiento y el cese de actividades no esenciales ha interrumpido una faena que iba a velocidad de crucero, una vez superadas las barreras burocráticas de los permisos. Ahora Díaz sonríe por fín, satisfecho por la profesionalidad de los socios  y el nivel técnico de las ingenierías subcontratas; Gessal, líder en España en exploración de hidrocarburos y las germanas Mannvit, con acreditada experiencia en la perforación y explotación de energía geotérmica profunda en centro Europa y la construcción y gestión de 40 plantas geotérmicas repartidas por todos los continentes.

También participan la consultora en geología y geotermia GTN,  muy activa en distintos proyectos de geotermia profunda en varios países  y la ingeniería también alemana, TCE Lohmann u. Partner GmbH.

Con este sólido respaldo técnico, Díaz adelanta que, a menos que no surjan problemas geológicos, nunca descartables en estas fases de perforación a tanta profundidad, se dedicarán a estudiar los testigos del subsuelo y el comportamiento del yacimiento geotérmico cuya temperatura ronda los 100º C.  «De momento surgen emanaciones de anhídrido sulfúrico, el clásico olor a huevos podridos que apesta, propio de áreas volcánicas como es ésta. También hemos encontrado zonas de cuartitas. Veremos cuales son las características del comportamiento del pozo en su conjunto».

«Tenemos que hacer pruebas y una vez que superemos esa fase, iniciaremos la perforación del pozo de inyección que situaremos a un kilómetro de distancia del primero. Un pozo, apostilla Díaz, «que no tendrá que ser necesariamente vertical, sino orientado a las condiciones del yacimiento, que se extiende a lo largo y ancho de 24.000 hectáreas».

Ambos pozos se espera que estén completados para el otoño. Entretanto ya se realizan los «caños» hacia la planta donde se instalará el intercambiador de calor. Las tuberías conducirán el calor hasta este intercambiador, donde se rebajará la temperatura hasta los 70º C . A partir de la planta, el fluido llegará a los invernaderos donde se rebajará aún más hasta los 40º C y 35º C en función de las necesidades de cada cliente en un área entre las 80 y 100 hectáreas. En Holanda, donde es ya muy habitual el recurso a la geotermia profunda para sustituir combustibles fósiles en la climatización de los invernaderos, el calor sobrante se suele inyectar a las redes de calefacción urbanas de los municipios colindantes. En Níjar sería para todo lo contrario; servir frío a la población mediante bombas de calor.

Como ingeniero agrónomo y nativo almeriense, Carlos Díaz suspira por ver en funcionamiento la planta de Níjar, que sería la primera de España de sus características.  Está convencido de que los agricultores del municipio alejado apenas unos cientos de metros del mar, tendrán la misma oportunidad de duplicar sus producciones actuales (de 12-15 kg a 30 kg por metro cuadrado) como sucede durante el invierno en El Ejido y otras zonas colindantes del litoral almeriense, donde la brisa marina actúa de climatizador natural de sus invernaderos. Imágenes: Cardial Recursos Alternativos