El tándem de compañías apuesta por proyectos escalables, de menos riesgos, mucho más baratos y sin bomba de calor
Abraham Ormad junto a fumarolas en Chile

Inmaculada G. Mardones.– Iba para ingeniero informático y ha acabado creando una Joint Venture con una empresa de las antípodas, para abrir mercado internacional en un nicho muy poco explorado de la geotermia: el uso directo del calor de la tierra para procesos industriales, invernaderos, secaderos….Sin bombas de calor, sin generación de electricidad.

Nada de eso se hace en España y muy poco en el resto del mundo, donde las empresas relevantes de geotermia están muy focalizadas en ámbitos municipales (redes de calor urbano) o en generación eléctrica en zonas sísmicas endémicas.

Abraham Ormad (Zaragoza, 1976) irrumpe en la geotermia de uso directo en España con una Joint Venture de la empresa GeoIndustry la que es CEO, con la neozelandesa JRGenergy , una compañía con experiencia dilatada en el mercado geotérmico internacional para desarrollar proyectos tanto aquí como en cualquier ámbito potencial, cualquiera que  sea su localización.

Ormad y Patrick Hanson, gerente de JRG comparten el análisis de que el desarrollo de la geotermia en el mundo, en el inicio de un despegue imparable, no tiene cubierto un segmento con un potencial innegable. Ese nicho de mercado industrial, comercial y agrícola que demanda energía térmica a unos costes mucho más bajos que los actuales con instalaciones escalables, sin generar impacto ambiental.

La transición energética, vigente ya en los países comprometidos por el Acuerdo de París (2015) se lo pone fácil. Por eso la experiencia combinada de las dos empresas vislumbra un desarrollo potencial prometedor.

Ormad puso en marcha hace diez años la versión en español del portal islandés Thinkgeoenergy Antes se había sumergido en la comercialización de bombas de calor. Con Sacyr ha trabajado en el proyecto y desarrollo de una planta de generación de 10 MW en Bolivia y en el uso directo de calor en Andalucía. Hasta que dio con las claves de un nicho del mercado sin cubrir y creó GeoIndstry en su Zaragoza natal para satisfacer esa demanda.

La española GeoIndustry se asocia con la neozelandesa para proyectos globales de geotermia cin bomba de calor
Entubamiento de pozo por JRG en México

Lejos de los grandes y costosísimos proyectos de generación a riesgo que se postulan en el mundo y que hacen naufragar iniciativas aparentemente viables, Ormad está convencido de la utilidad de la geotermia de media o baja temperatura. “Hay demanda”, asegura.

Para calentar un invernadero no hace falta perforar a 2.000 metros de profundidad en busca de un yacimiento geotérmico de 150º C de temperatura. Esa operación requiere inversiones de varios millones de euros que muy pocas entidades están dispuestas a financiar, porque todo es riesgo. Puede o no tener éxito. Si es no ¿quién asume el fracaso?

Paquete completo

La propuesta de Ormad y sus socios JRG está más cercana a proyectos menos pretenciosos, sin esos riesgos. Con la documentación sobre el subsuelo, disponible en la mayoría de los mercados potenciales, y la regla del gradiente geotérmico, de que cada 100 metros sube 3,3 grados centígrados la temperatura, no hace falta bajar a los infiernos.

El primero de los tres pilares del acuerdo GeoIndrustry-JRG, se fundamenta en el convencimiento de que la combinación de experiencias ayudará a los clientes demandantes de calor a maximizar la eficiencia en el aprovechamiento del calor residual de instalaciones existentes, diversificar sus fuentes de ingreso y aumentar las oportunidades de negocio. “La solución incluye aprovechamiento de la energía no utilizada, análisis de las características térmicas, las opciones de uso final, la ingeniería y el desarrollo”.

Presentación de JRGenergy

Esa convicción, basada en la experiencia adquirida por las dos empresas, les permite ofrecer soluciones térmicas -al alcance de la mano- a un gran abanico de clientes, desde la industria a la agricultura mediante perforaciones de pozos menos profundos y más baratos. Con menos riesgos e instalaciones simplificadas y escalables en función de la demanda.

Esta innovadora óptica  del negocio geotérmico creen que les abrirá mercados en todos los continentes. Porque introduce un concepto del aprovechamiento de la geotermia de baja temperatura apenas contemplada hasta ahora y sin necesidad de bombas de calor. “Es una solución térmica rentable, de carga base para asegurar la independencia energética de invernaderos y procesos industriales, que contribuirá a reducir la huella de carbón y la producción de alimentos”, dicen al alimón.

JRG fue creada en Nueva Zelanda en 2013 por un pequeño grupo de consultores energéticos que ha devenido en una multinacional especializada en perforación de pozos geotérmicos, ingeniería de proyectos, desarrollo y gestión de instalaciones geotérmicas, explotaciones mineras, plantas fotovoltaicas, tratamiento de aguas y desalación, entre otras actividades a lo largo de Asia, África, Caribe o México.

Pozos menos profundos, más baratos

“Perforar un pozo entre 2.000 y 3.000 metros de profundidad, como los de Tres cantos en Madrid, puede superar los tres millones de euros. Nosotros no vamos por ahí”, recalca Abraham Ormad, muy orgulloso del equipo de 10 profesionales que ha logrado agrupar en su empresa después de “un enorme esfuerzo”  en perfilar.

Geólogos, perforadores -con máquina propia- ingenieros..de la compañía transitan por Centro América, México, Chile, Perú y España. “Somos un pequeño grupo de profesionales especializados en el uso directo del calor de la tierra situado entre los 500 y 1.000 metros de profundidad, mediante pozos de producción y reinyección  para instalaciones entre 4 y 6 MW de potencia. No más”.

Piscifactorías, baños termales, secaderos, cementeras, fabricación de plásticos, envasado de alimentos.. son algunas de las aplicaciones de la fórmula que pone en marcha el tándem GeoIndustry y su socio neozelandés JRG con la esperanza de abrirse mercado en un sector que se antoja luminoso. “Pensamos en local para actuar global”, remata Ormad sobre su aventura, en asociación con otra pequeña empresa de las antípodas.